Ligia es una niña de tan solo 5 años. Vive sola bajo un puente en la calle 16 , como a todos los niños, le gusta jugar con sus amigas de las casas contiguas. Pero hoy esta muy triste; es su cumpleaños y ella sueña con tener una muñeca que llore al quitarle el chupete -como la de María-, o que tome su tetero y haga pis como la que tiene Laurita… y sólo tiene una parte de mazorca que encontró hace tiempo a la que peina sus cabellos largos de vegetal -cual madre amorosa- cada mañana.
A los pobres desdichados como ella no les queda más que el conformismo de no tener nada y ver sus sueños mantenerse así, siempre como sueños.
Y fue creciendo ella solita; como se crece en estos días … Ha visto pasar diez veranos. La niña ya no es tan niña, hoy ya tiene 15 años y está llorando; se oye en toda la ciudad un amargo llanto que nadie parece escuchar de verdad. Ligia llora porque su sueño por fin se hizo realidad. Ahora tiene una muñeca, una de carne y hueso que no sólo llora al quitarle su improvisado chupete, sino que lo hace todo el tiempo hasta dormirse; también toma algo parecido al tetero y hace pis.
Además de tener los ojos negros llenos de agua más brillantes y cálidos de todo el universo.
Todo este dolor se debe a que ésta, su muñequita de carne y hueso, no tiene nada que comer ni abrigo para pasar el duro invierno que se avecina. Ligia no podrá estar con ella en esos fríos días; teme dejarla sola cuando la muerte color ceniza venga en su caballo negro galopando a buscarla y el inexorable e invisible Hades arribe con faz de siglas mayúsculas a solicitar su alma. Porque un doctor con cara de pena le dijo hace un rato, que tiene S.I.D.A. Por lo que siente que si llega al invierno tendra suerte y que además su bebé, su sueño realizado, su muñequita de carne y hueso, solo la sobreviviría un poco más…
2 comentarios:
Edmy, hola: terrible, descarnado y realista.
Una prosa fatal y aciago como la peor de las noches: esa en la que sombras compradas al mejor postor están al servicio de la muerte y la indiferencia hacia aquellos desamparados que con sus carencias y cruel final anticipado, averguenzan nuestras sociedades -que digo: saciedades- edificadas en el individualismo más inhumano.
Me ha conmovido tanto como la primera vez que lo leí.
Debes ser una gran persona, Edmy. Ojalá los atropellos de la vida no te cambien ni enturbien esa fortaleza y resplandor interior.
Un abrazo.
Turke si me emociona verte, si saberte entre mis letras me llena de orgullo, encontrarte 2 veces es para mi un honor enorme, y lo sabes.
Una prosa vieja, de mis pocas prosas que deciden quedarse como tal, en lugar de trasladarse a los dulces versos. Una historia que como bien dices hace parte de nuestra vida social, de nuestra vida cotidiana. Duele saber que siendo seres tan increíbles nosotros los humanos, hagamos cosas tan terribles, que el mundo se cae de ambición y el futuro, el presenta no pinta bien para los niños y niñas del olvido.
Me dices cosas hermosas, cosas que valoro, y que no merezco, que llegan a esta alma y la motivan. Gracias Turke, por tu presencia, por la persona sensible, y grandiosa que seguramente eres. Un beso gigante, mi rosa y como siempre mi admiración. Att. Edmy
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